PAU VEGAS publica su nuevo single, "Es todo azul" Tiempo, lento y lejos


Pau Vegas habitual teclista de artistas como Amaia, Yoly Saa, Dora o Sofía Comas, además de componente de la banda Cuarto Burlé, lleva más de 10 años siendo integrante y poniendo su talento al servicio de canciones de otros. Ahora Pau ha decidido poner voz a esas melodías que llevan años en su cabeza y mostrar sus canciones en solitario.

Su primer EP, 'Esperanza y ruina', publicado por Calaverita Records el pasado 10 de febrero, supone el inicio de su carrera en solitario, en el que la artista destaca por su particular pop electrónico donde abundan los sintetizadores pero también sonidos más acústicos y orgánicos. 'Esperanza y ruina' ha sido producido por David Soler y Marcel Bagés (productores e integrantes del dúo Maria Arnal i Marcel Bagés) y presentado en la sala Siroco dentro del festival Inverfest.

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"Es todo azul" es una ventana abierta después de un tiempo compartido, después de habitar una ciudad, después de la distancia. Es una canción que te invita a sentarte a escuchar un universo reconocible pero fuera de los lugares comunes. Habla de la negación de un final, y del agradecimiento por las cosas positivas que nos trajeron las relaciones humanas".

"Es todo azul" es el nuevo single de Pau Vegas, cuya producción corre a cargo de la propia artista y su compañero musical, Dani Barcala, guitarrista del proyecto. Juntas proponen una narrativa que se va desarrollando a lo largo de la canción, en la que los sonidos aparecen y desaparecen y flotan por la habitación, y construyen un lugar azul y habitable, en el que las voces se pierden y se repiten en bucle en un clímax diciendo "tiempo, lento y lejos". Con esta canción Pau pretende cerrar la etapa de su primer E.P., haciendo de "Es todo azul" una especie de cara B de su primer trabajo, 'Esperanza y ruina', publicado el pasado 10 de febrero.

La portada corre a cuenta de la artista Paula Zamora de nuevo. El videoclip es obra de Alicia Graat, directora de cine documental, y presenta un ambiente paisajístico con una bailarina como centro y un montaje un poco trash que aporta crudeza y suciedad a la propuesta. Como siempre, el arte que acompaña a las canciones de Pau trata de crear diálogo entre la música y lo visual, de forma que no se reitere lo que se oye, si no que la conversación sea mucho más larga.

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