La madrileña Amanda Deveil es empoderamiento puro. Se muestra tal y como es, incluso como una exageración de sí misma, siempre fiel a su excentricidad.
Crecida en una cultura de excesos y contracultura pop tan propia de los 90s y 2000s, Amanda muestra un carácter potente y descarado, con sus luces y sombras, y no falto de espíritu crítico.
Amanda es una artista polifacética creadora de todo su contenido tanto musical como audiovisual, incluyendo vídeos, estilismos y todo el arte visual que acompaña su propuesta.
De título influenciado por la novela gráfica "Surfing the third wave" de Miguel Ángel Martín (creador mítico diablillo de Subterfuge), Krashpark refleja una época concreta marcada por la violencia televisiva y el ansia por emociones cada vez más extremas fueran autodestructivas o no. Amanda cuenta cómo vivió esta fase de su vida, enmarcada dentro de una generación que buscó su identidad en el exceso presente en canales como la Mtv cuando tal vez su edad era más cercana a la inocencia de programas como el Club Megatrix. Así nos cuenta como esto generó en ella unos deseos totalmente polarizados donde la búsqueda del amor y el cariño le llevó a situaciones dignas de las historias más amarillistas del momento.
Krashpark es una canción de rock frenético, que casi parece la intro de una serie de anime. Este corte de apenas 2 minutos queda partido por un grito que recuerda tanto la ansiedad como la impotencia de la juventud rota de una mujer valiente que sigue recomponiéndose, y que no se corta un duro para acabar su video con una peineta dedicada a quienes se creen en la posición de decirle cómo vivir, pensar o llevar su día a día.
