MINIÑO publican su LP debut "La Mitad", un debut tan visceral como necesario

Lejos de cualquier pose, MINIÑO levantan con LA MITAD un mapa emocional donde conviven el pop melódico, los claroscuros del post-rock y la inmediatez del punk y el indie de principios de los 2000. Una propuesta que se mueve entre la fragilidad y la contundencia, entre la confesión íntima y la catarsis colectiva.

la banda castellano-leonesa MINIÑO publica en Balaunka su primer álbum, LA MITAD: un disco que habla de todo aquello que nos atraviesa cuando intentamos ser honestos con nosotros mismos. Alegrías y penas, amistades y pérdidas, aciertos y errores que pesan pero también impulsan. Canciones nacidas en una bodega, autoproducidas con más intuición que cálculo, con la única certeza de que lo importante era dejar que salieran tal y como estaban destinadas a sonar.

Galardonados en 2023 con el Premio Rock Villa de Madrid de Radio 3, teloneros de Deep Purple en el Alma Festival Occident de Madrid y revelación en citas como el Tsunami Xixón, MINIÑO se han convertido en una de las voces más prometedoras de la nueva escena independiente.


Canción a canción

El disco se abre con “Bicho raro” (el focus track del álbum), un himno generacional para quienes nunca encajaron en los moldes establecidos. Directo, sin metáforas, reivindica sentirse orgulloso de ser distinto en una sociedad que uniformiza identidades a golpe de tendencia. A continuación llega “Sentirme vivo”, el primer adelanto, que funciona como una carta a la infancia perdida y a la amistad como refugio, con un sonido que conjuga pop, rock, punk y la inmediatez melódica que caracteriza a MINIÑO.

En “Aquí no pasa nada”, la banda se mira al espejo: es un tema sobre sacrificio, esfuerzo y el propio camino recorrido. Una canción melódica y persistente que avanza como el trayecto que describe. El testigo lo recoge “Ahora que todo está bien”, una conversación pendiente después de la pérdida, que crece en vaivenes de intensidad hasta culminar en un único estribillo demoledor.

El ecuador del disco lo marca “La mitad”, corte que da título al álbum y que simboliza la transición entre la cara A y la B. De las guitarras cristalinas iniciales se pasa a un clímax emocional que sirve de nexo con “Para ti”, un latido acelerado convertido en canción, donde batería y bajo dibujan una taquicardia sonora interrumpida solo por un breve respiro melódico.

Con “A veces no hay más veces”, MINIÑO bajan la pulsación para hablar de la amistad como motor vital. Es un tema aparentemente sencillo, que esconde un crescendo post-rock y un mensaje claro: el tiempo pasa y hay que aprovecharlo. En cambio, “Pudo ser”, el tercer adelanto, recupera la contundencia desde el inicio, con un sintetizador hipnótico y un estribillo que asume los errores y las oportunidades perdidas con cierta ligereza.

El cierre llega con “Aire”, la autodestrucción convertida en canción. Mutada durante dos años hasta alcanzar su forma definitiva, juega con capas de guitarras, voces y sintetizadores hasta acabar de forma abrupta, casi en falso, dejando al oyente con la incómoda sensación de que aún quedaba algo más por decir.



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